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viernes, 21 de agosto de 2009

IDENTIDAD DOCENTE

La identidad docente es una de las 5 competencias docentes, que señala plan y programas de estudio 1992; estas competencias van más allá de los elementos perceptibles, no es sólo una cualidad implícita en la condición unitaria del individuo;como miembro del grupo docente; sino que se perfila y enriquece en el hecho de cursar en una vida social; en el contacto multinacional con las instituciones, que comienza en la familia, y luego se amplifica a otras diversas estructuras sociales.

Con el desarrollo de hábitos, costumbres, actividades, obligaciones y responsabilidades que contraemos y desarrollamos desde pequeños, en el curso de las distintas interacciones sociales que forman parte de nuestras vidas.


De esta manera, todas las estructuras sociales que componen el tejido de la sociedad, que es parte del estigma del nuevo docente y que gracias a la huella heredada de una generación a otra y al continuo accionar de las personas que en ellas construyen, reproducen y perpetúan el conjunto de peculiaridades que los caracteriza, logran desarrollar sus propias identidades colectivas, cuyos mecanismos funcionales y principios rectores regulan la relación intragrupal y la mediación con las estructuras externas. Esta es en si la forma en que se constituye la identidad cultural, como síntesis de la construcción de múltiples significados distintivos, fruto de las complejas interacciones sociales que desarrolla internamente cada grupo y en sus relaciones con otros, mediante las cuales sus miembros se unifican y a la vez, se diferencian de los demás.


La identidad cultural, además de proporcionar elementos concretos de referencia y comparación, resume el universo simbólico que caracteriza a la colectividad, porque establece patrones singulares de interpretación de la realidad, códigos de vida y pensamiento que permean las diversas formas de manifestarse, valorar y sentir.


Sin embargo, no basta con ser partícipe de un realidad colectiva común, ni siquiera es suficiente que poseamos rasgos étnicos comunes o compartamos la misma herencia sociocultural para presuponer la conciencia personal como representante de una identidad determinada. Para ello se requiere desarrollar el sentido de pertenencia, como forma de adscripción al universo simbólico de dicha colectividad; como expresión del grado de significación y sentido que los códigos imperantes, los valores, juicios, tareas compartidas y actividades por emprender alcanzan, realmente, para cada sujeto. El sentido de pertenencia, con toda la carga afecto-cognitiva que conlleva, es elemento arraigante y movilizador de la actividad grupal, y lo que es más importante, constituye un generador de valencias y cohesión intragrupal.


En la búsqueda de vías más amplias de participación sociocultural relevante, son imprescindibles los conocimientos acerca de la identidad cultural y el sentido de pertenencia, como elementos básicos para el desarrollo del protagonismo.

IDENTIDAD Y SENTIDO DE PERTENENCIA. UNA MIRADA DESDE LA COTIDIANEIDAD
Ana Tania Vargas Alfaro; Centro Prov. de Cultura Comunitaria, Ciudad de la Habana

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